LLEGAN
LAS LLUVIAS
Después de la estación seca en la que no cae
ni una gota del cielo, han llegado las primeras lluvias. Todo se pone en marcha
en los campos, la gente comienza a preparar el terreno, a limpiar, a remover la
tierra. Hay que esperar para sembrar porque puede ser que la lluvia aún se
detenga de nuevo antes de ser prácticamente diaria.
Para la mayoría de la gente es de sus
cosechas de las que depende su comida y el poco dinero que van a ver para
sobrevivir a lo largo de todo el año. El cultivo del algodón promovido por el
Gobierno es lo que se supone que les da dinero, pero si echas las cuentas con
ellos de lo que han gastado en las semillas y el abono, al final apenas hay
beneficio. Eso sí, les sirve para ahorrar y encontrar el dinero suficiente para
las compras extras, de una bici, de unas latas para cubrir el techo de una
casa, para pagar los gastos de la escolarización de sus hijos…
Lo importante para comer e incluso para
vender y tener algo de dinero para las compras ordinarias de cada día, es sobre
todo el cultivo de maíz, que aquí es el pan de cada día. A ello se añaden otros
cultivos que complementan la alimentación el ñame (igname en francés, un tubérculo
muy grande), la casaba (manioc), la arroz…
Nuestra actividad para ir a los pueblos
disminuye en este tiempo por diversas razones, primera porque la gente tiene
más trabajo, segundo porque algunos caminos se hacen imposibles de atravesar a
causa del agua y tercero porque suele ser el tiempo en que somos menos ya que
algunos aprovechan para tomarse su descanso o su viaje a España. Será a finales
de septiembre donde todas las actividades de las comunidades recomenzarán de
nuevo una vez que el campo y las lluvias dejen más tiempo libre.
Las lluvias son una bendición del cielo y
hay que esperar que el cambio climático no trastorne un bien tan esperado de
quienes dependen casi enteramente de lo que de la tierra. Las comunidades se reúnen
todos los días de este mes de Mayo para rezar el rosario y con María pedir que
el Espíritu Santo se derrame como la lluvia sobre todos nosotros para que la
semilla de la Palabra de Jesús de frutos abundantes de vida en plenitud.
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