JESUS VIENE A DAR PLENITUD
Una
religiosa baribá vino al encuentro de catequistas para ver entre todos cómo los
cristianos se sitúan ante las distintas tradiciones de los baribás. En una
breve introducción habló de lo que
significa ser catequista como persona que vive de la fe en Jesucristo. Luego abrió
el dialogo para que cada uno fuera exponiendo sus cuestiones y así ir dando la luz
del Evangelio a cómo actuar ante las diferentes costumbres de la tradición.
Los
musulmanes y los protestantes tienen fama de ser muy radicales frente a la
tradición, exigiendo en muchos casos renunciar completamente a las costumbres
de sus antepasados. A los católicos sin embargo se les conoce por su respeto a
la historia y a la cultura del pueblo que evangelizan. Jesús no vino a abolir
sino a dar plenitud a lo que es bueno y a purificar todo lo que es malo porque
va contra la persona y la comunidad. Esto exige mayor discernimiento para
distinguir las buenas tradiciones de las malas. Hay tradiciones que cuidan de
la vida, que respetan la dignidad de las personas y que favorecen la
convivencia entre todos. Hay otras que impulsan a matar, que niegan la libertad
personal, que traen la división y el odio. Es la misma postura crítica ante toda
la modernidad que viene del mundo occidental y de la codicia del dinero que
domina actualmente.
La postura
de los católicos tiene el riesgo de que a veces se entienda como contemporizar
con todo, que se puede ser cristiano y a la vez admitir todo lo que hasta ahora
se hizo a partir de las costumbres heredadas de nuestros antepasados. Es por eso
que estos encuentros donde se desciende a casos concretos ofrece una gran ayuda
a los cristianos para saber cómo reaccionar con respeto a la tradición pero con
libertad para mostrarse siempre como cristiano.
El
cristiano que es coherente con su fe y se muestra como tal ante los demás sin
miedo a ser por ello rechazado, luego encuentra en la mayoría de los casos que
es a su vez respetado sabiendo todos que no se le puede forzar a ciertas
costumbres porque es cristiano.
Creyendo
como cristianos en nuestro corazón que sólo Jesús nos salva nos hemos de
preparar para saber dar razón de nuestra fe en todas las circunstancias en las
que nos veamos. Saber hacerlo con respeto y humildad y a la vez con libertad y
valentía, es un fruto del Espíritu Santo que hemos de pedir.
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