viernes, 30 de enero de 2015

DIGNIDAD DE UNA PERSONA

  Su nombre es Bana, ella nació con la inmovilidad de una pierna quizá fruto de la polio. Su familia en un primer momento hizo el esfuerzo por enviarla incluso a la escuela y hoy logra hablar el francés. Pero un día en el que iba a la escuela con sus muletas, Bana se cayó. A partir de ahí se prefirió que se quedase en casa para evitar nuevas caídas. Después se la envió a otro pueblo para que la cuidase una tía abuela.
  Hasta que llegó una segunda caída en la que rompió la cadera. Es a partir de ese momento que la comunidad cristiana se movilizó para traerla a la misión. Una vez en el Hospital evangélico de Bembereke se vio que realmente era una fractura de cadera, allí no tenían medios para una operación de ese tipo. Sólo quedaba enviarla a Tangueta, lejos de aquí, en el norte cerca de Togo, donde se encuentra un Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios. La comunidad dio algo de dinero para el viaje, la misión se hizo cargo de los gastos de la operación y de la hospitalización.
Como no tenían prótesis de cadera, se le hizo una operación colocándole una prótesis exterior esperando que así se pueda restablecer sola la cadera. Bana y su vieja tía volvieron como pudieron de nuevo a su pueblo y esperan volver de nuevo a los tres meses a ver si la cadera se ha consolidado de nuevo.
  Todo esto supone un montón de gastos para la comunidad y sobre todo para la parroquia.  ¿Y la familia? La familia, salvo su tía, el resto se ha desocupado totalmente de ella. Según los comentarios de la gente, Bana era para ellos alguien inútil, que no servía para el trabajo y que suponía solo una carga. ¿Pero es que es un animal de trabajo o es una persona? ¿Una persona solo vale para trabajar o tiene un valor por sí misma, digna de ser amada y respetada?. Para una visión cristiana acoger a una persona así es acoger la bendición de Dios aunque suponga un sacrificio. Acogerla es acoger al mismo Cristo, es crecer interiormente, hacernos capaces del amor de Dios, hacernos más humanos.
  La familia al ver que la comunidad cristiana y la misión se han hecho cargo, ya no quiere saber nada. Es verdad que en un país donde la casi totalidad no tiene ningún seguro de enfermedad, una enfermedad grave que requiera una operación un poco complicada y costosa, se convierte en algo prácticamente imposible de pagar.
  Tomas, un catequista de la comunidad, la cuida con un cariño increíble y desinteresado, todos los días le hace las curas necesarias para que las heridas de la operación no se infecten.  Bana ha visto que por fin alguien se ocupa de ella, ha recuperado el sentido de su valor como persona, de su dignidad. Y si en su silla el día que la llevamos al hospital mostraba su preocupación y su tristeza, hoy se la ve sonreír esperanzada. 

lunes, 26 de enero de 2015

CRISTIANOS PERSEGUIDOS


Todos sabemos que la persecución de los cristianos no es algo del pasado, sino siempre actual y hoy especialmente. No se trata de ser criticados por ser mal cristianos, cosa que puede ayudarnos a cambiar. Se trata de ser perseguidos por ser realmente cristianos.
En Europa se convierte a veces en hacer burla y menosprecio de la religión en nombre de la libertad de expresión. Una libertad que sería bueno aprovecharla para hacer el bien y para construir la vida en común respetando las diferencias culturales y religiosas.
La persecución religiosa que se presenta en África contra los cristianos es precisamente en contra de la libertad religiosa. Aquí en Benín en general hay un Islam tolerante y acostumbrado a convivir con el cristianismo. Pero es verdad que en la vida diaria los cristianos están acostumbrados a ver como se les desprecia y se les margina a causa de su fe.
En nuestro programa entraba encontrar un día para ir a visitar y a conocer al nuevo imán de Bembereke. Al fin lo pudimos hacer. El había llamado a la Radio local y aprovechó para pedirnos ayuda públicamente para hacer un pozo en un barrio que tiene un gran problema por la falta de agua. Desde un primer momento expresó su alegría de la visita y nos manifestó que el Islam que profesan aquí está por la paz y no tiene nada que ver con esos grupos que utilizan el nombre del Islam y de Dios para aterrorizar y matar. Todo el mundo que escuchó la radio acogió con alegría el gesto de vernos unidos a cristianos y musulmanes.
Pocos días después ocurrieron los atentados de París, la nueva publicación de la caricatura del Profeta, las manifestaciones de musulmanes primero contra el atentado y luego contra la caricatura. En Níger, país vecino por el norte, una manifestación política en la capital de Niamey contra el gobierno se disolvió convirtiéndose en una desbandada de violencia contra los cristianos que vieron como fueron quemadas cerca de cuarenta iglesias. Muchos sacerdotes y religiosos se vieron acogidos y escondidos en las casas de los cristianos para pasar esa noche de barbarie. Esperemos que esos sufrimientos no desencadenen el odio contra los musulmanes sino que ayuden a tomar una posición más clara de todos de condena de esos grupos radicales y por una libertad respetuosa de todas las diferencias que haga posible una convivencia en común.


viernes, 2 de enero de 2015

SABER DECIR ADIOS

     Estos días hemos tenido que decir adiós varias veces. Primero en Karaku Dassi donde fuimos con nuestro arzobispo de Asturias, Don Jesus y su secretario Manuel. Fue una celebración llena de alegría, después de visitar a los enfermos y comer juntos, danzar y sentir el gozo de que el Enmanuel estaba en medio de nosotros con toda su debilidad. El nos da el poder sabernos hijos de Dios y hermanos de todos, especialmente de los más pobres y sencillos. Llegaba el momento de partir y todos alzaron las manos para en un acto espontaneo y comunitario decirnos adiós, hasta la próxima.
       Ese mismo día hemos ofrecido la eucaristía por Andrés, el catequista de Angar, que venía de fallecer. Es uno de los primeros catequistas de esta parroquia de Bembereke. Decirle adiós nos rompía el corazón al recordar cómo fue catequista a pesar de una fuerte oposición de las gentes de su pueblo cuando se hizo cristiano y aún mayor cuando decidió marchar para formarse como catequista. El había salido hace tiempo de su pueblo y había venido a nuestra parroquia donde se mostro un hombre realmente entregado y fiel a su labor evangelizadora. Ahora ya estaba pensando que era ya mayor y que debía volverse a su pueblo, pero no lo quería hacer hasta que la comunidad no encontrara otro hermano más joven que se decidiera a reemplazarle como catequista. Cuando otro más joven, Boni, se preparó y ya comenzó a compartir esta tarea, el Señor llamó a Andrés no a volver al pueblo de esta tierra, sino a gozar del lugar que Él le ha preparado en el cielo desde toda la eternidad. Andrés descansa en ese gozo y ayúdanos a nosotros a ser igualmente fieles a nuestra misión hasta que entremos a gozar juntos de Aquel que tanto nos ama, a danzar en la fiesta del Reino que Dios ha querido regalarnos.

       Y hoy dos de Enero después de decir adiós al 2014, hemos dicho adiós a Don Jesús y a Manuel. Las despedidas dejan una cierta nostalgia en el corazón, que siente el recuerdo de lo vivido juntos. Pero es también un tiempo de gracia, para hacer como María recoger todo en el corazón e ir descubriendo que en Jesús siempre hay que comenzar de nuevo sin mirar hacia atrás.