lunes, 7 de abril de 2014


SUBIDOS A UN ARBOL

De vuelta de una comunidad vi a un hombre subido a lo más alto de un árbol donde las ramas son ya muy frágiles. Y yo le miraba con miedo de que una rama fuera a romperse y que pudiera caer. Los dos catequistas que me acompañaban ese día se reían de mí y me decían que eso era para ellos algo normal, que ya desde muy pequeños estaban acostumbrados y que no se caían. Me explicaron que el árbol era el Néré. Sus frutos se utilizan para hacer una especie de mostaza que da gusto a las salsas.

Al día siguiente nos fuimos a otra comunidad a una celebración penitencial que hacemos en todas las comunidades en tiempo de Cuaresma. Son celebraciones que se hacen para todos los cristianos aunque aún no estén bautizados. Los bautizados que en algunas comunidades que están en sus comienzos son una minoría se confiesan al final de una manera personal.

Al llegar nos encontramos con un hombre joven bajo un árbol tirado sobre una esterilla durmiendo. Nos explicaron que se había caído el día anterior de un árbol y que se había roto una pierna. Yo pensé que lo que me habían dicho el día anterior era cierto, pero que igualmente que están acostumbrados a subir, también lo están a caer de vez en cuando. En este caso este hombre en vez de ir al hospital y gastar un dinero que no tiene, él prefirió ir al curandero tradicional que en estos casos parece que funciona. Le pone una especie de protección de palos y le manda reposar hasta que él consideré que ya está listo para caminar. Como todo esto se hace sin radiografía, si la rotura es limpia todo irá bien, si no supongo que al final o va al hospital o se queda mal para siempre.

Como Zaqueo subido a un árbol para ver a Jesús también nosotros estamos llamados no a caer sino a bajar a nuestra realidad para encontrarnos con El. Que la Pascua sea el gozo del encuentro permanente con Aquel que llena nuestra vida de un amor que lo transforma todo.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario