SUBIDOS
A UN ARBOL
De vuelta de una
comunidad vi a un hombre subido a lo más alto de un árbol donde las ramas son
ya muy frágiles. Y yo le miraba con miedo de que una rama fuera a romperse y
que pudiera caer. Los dos catequistas que me acompañaban ese día se reían de mí
y me decían que eso era para ellos algo normal, que ya desde muy pequeños
estaban acostumbrados y que no se caían. Me explicaron que el árbol era el Néré.
Sus frutos se utilizan para hacer una especie de mostaza que da gusto a las
salsas.
Al día siguiente nos fuimos a otra
comunidad a una celebración penitencial que hacemos en todas las comunidades en
tiempo de Cuaresma. Son celebraciones que se hacen para todos los cristianos
aunque aún no estén bautizados. Los bautizados que en algunas comunidades que
están en sus comienzos son una minoría se confiesan al final de una manera
personal.
Al llegar nos encontramos con un hombre
joven bajo un árbol tirado sobre una esterilla durmiendo. Nos explicaron que se
había caído el día anterior de un árbol y que se había roto una pierna. Yo
pensé que lo que me habían dicho el día anterior era cierto, pero que
igualmente que están acostumbrados a subir, también lo están a caer de vez en
cuando. En este caso este hombre en vez de ir al hospital y gastar un dinero
que no tiene, él prefirió ir al curandero tradicional que en estos casos parece
que funciona. Le pone una especie de protección de palos y le manda reposar
hasta que él consideré que ya está listo para caminar. Como todo esto se hace
sin radiografía, si la rotura es limpia todo irá bien, si no supongo que al
final o va al hospital o se queda mal para siempre.
Como Zaqueo subido a un árbol para ver a
Jesús también nosotros estamos llamados no a caer sino a bajar a nuestra realidad
para encontrarnos con El. Que la Pascua sea el gozo del encuentro permanente con
Aquel que llena nuestra vida de un amor que lo transforma todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario