sábado, 5 de abril de 2014



Hacerse como niños


Los que comienzan a ser cristianos, aún siendo ya casados y mayores, se ponen de nuevo a aprender de Jesús una manera nueva de vivir.

Hoy se celebró un retiro para aquellos que van a recibir el Bautismo en esta Pascua y hay entre ellos personas bien mayores que no tienen ningún reparo de ser enseñados por catequistas más jóvenes que ellos saltándose la tradición de que son siempre los más mayores los sabios a los que hay que escuchar.

Yo también me metí entre ellos, porque siendo también mayor tengo que aprender de nuevo casi todo. Aprender de nuevo la lengua batonu (baribá) que es la mayoritaria aquí. Hablar la misma lengua te ayuda a entrar en toda su manera de ver la vida y te permite comprender mejor a la gente. Aprender también de ellos su saber vivir con tan poco, su sencillez, su paciencia, su capacidad de sonreír siempre aunque el sufrimiento vaya por dentro, su sentido de solidaridad y de compartir con los otros, tantas cosas…Y esto sin idealizar, porque como todos también tienen como todo el mundo sus defectos. En todo caso de cada cultura hay que recoger lo que tiene de bueno  y sabiendo que lo más profundo de cada uno es lo más universal.

Y aprender con ellos de nuevo a conocer a Jesucristo, a poner la fe de la gente sencilla en El y a seguirle con la alegría que lo hacen ellos. Aquí el Evangelio se lee mejor, más fresco, siempre nuevo, siempre desde los más pobres a los que el Padre ha querido revelarles todo su amor.

 

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