jueves, 3 de abril de 2014


LOS MANGOS QUE QUITAN EL HAMBRE

 

Nicole es la niña de la foto comiéndose un mango. Cada día si puedo, hago una hora caminando y siempre voy por un camino que está detrás de nuestra casa y va hacia un Santuario de Nuestra Señora de la Paz y al lado de la casa y la residencia de estudiantes de las Dominicas de la Anunciata. Cuando voy por las mañanas temprano, cruzo a Nicole que la llevan en moto hacia la escuela y siempre me saluda con alegría. Cuando la marcha la hago por la tarde, ella que se encuentra en una pequeña tienda que atiende su madre, sale corriendo a mi encuentro, me abraza y me cuenta siempre alguna cosa.

Este momento antes de las lluvias comienzan a escasear las reservas de la cosecha anterior y es el momento en el que la gente puede llegar a pasar hambre. Por eso la naturaleza es el momento en que comienza a entregar esos mangos que ayudan a quitar un poco el hambre. Los niños y los que tienen hambre no suelen esperar a que maduren y se los comen así un poco verdes. Y lo chupan y lo rechupan como quien se está comiendo un caramelo.

También en este tiempo comienza a bajar el nivel del agua de los pozos y está más sucia, con las posibles infecciones y diarreas. La gente se desplaza en Bembereke con plásticos para buscar agua donde la haya. Y ves motos cargadas de bidones grandes de plástico de acá para allá.

Es un tiempo en el que no hay apenas trabajo en el campo y en el que han recibido un poco de dinero del algodón recolectado. Por eso se aprovecha para hacer las ceremonias tradicionales por los difuntos que han fallecido a lo largo del año que pueden durar una semana en un lugar al que se desplazan todos los familiares y amigos. También se aprovecha para la caza a la que van los hombres jóvenes con motos y baten toda una zona, trayendo luego con alegría sus codornices, conejos, monos y otros animales. Es toda una fiesta.

La otra actividad de la temporada antes de que lleguen las lluvias es la construcción de casas de barro, todas muy frágiles. Para la construcción se reúnen todos los vecinos y el propietario les da de comer. Luego queda con el dinero del algodón comprar las latas que sirven de tejado.

En cuanto lleguen las lluvias hacia el mes de Mayo, todos a trabajar al campo. También nuestra actividad de formación en las comunidades que visitamos se multiplica por que la gente tiene más tiempo.

 

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