jueves, 25 de septiembre de 2014


LA FE DE MATEO

En el Norte de Benín donde estamos la etnia mayoritaria son los baribá que son agricultores, luego están los pheul que son ganaderos y los gandó. Después hay otras etnias más pequeñas. Pero hoy quiero hablaros de los gandó. Este pueblo tiene su origen en los niños baribás que según la tradición fueron rechazados por sus familias a causa de que según la posición de sus primeros dientes eran considerados como una maldición para toda la familia y para la aldea que los guardaba. A algunos eran directamente eliminados. Esta práctica tan inhumana está prácticamente extinguida, pero aún los cristianos avisan cuando algún niño es rechazado y su vida corre peligro. Antiguamente los pheul acogían estos niños rechazados por su propio pueblo baribá y los convertían en sus esclavos. De ahí nació la etnia de los gandó que siendo de origen baribá adoptó las costumbres y la lengua de los pheul. Hoy ya no son esclavos, pero siguen siendo un poco despreciados tanto por los baribá como por los pheul.

Los pheul son casi en su totalidad musulmanes e igualmente los gandó. De las dos etnias ya comienza a haber algunos cristianos, pero son los gandó los que están más abiertos a la fe cristiana y los que llevan la delantera. Pero los primeros que se hacen cristianos tienen que afrontar muchas dificultades para poder vivir su fe en un medio mayoritariamente musulmán. Este es el caso de Mateo, él estaba ya casado cuando se hizo cristiano y a partir de ahí le hicieron la vida imposible. Lo peor fue que la familia de la mujer se la quitó al enterarse de que él se había hecho cristiano. Y por el momento aún no ha encontrado otra mujer que siendo gandó sea cristiana y acepte ser su mujer. En el pueblo comenzó a formar una pequeña comunidad cristiana contagiándoles su entusiasmo y su fe. Pero al poco tiempo al sufrir las amenazas e intimidaciones de los musulmanes de su entorno, la mayoría dejó la comunidad. Ahora apenas quedan cinco personas, pero él sigue fiel sosteniendo a los pocos que quedan. En cuanto puede acude a los encuentros que se hacen entre todas las comunidades y es ahí donde recupera fuerzas al ver que no está sólo, que el Señor está con él y que es miembro de una Iglesia donde es acompañado y sostenido por muchos hermanos. Yo cada vez que le veo, tan joven y tan fuerte en la fe en Jesús, quedo realmente admirado y doy gracias a Dios por él.

 

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