lunes, 1 de septiembre de 2014


ESTUDIANTES ANTE SU FUTURO

Hay etapas de la vida que son decisivas. Edmond de Gamia, es el hijo de Tomas, un gran catequista que falleció ya hace unos años de sida. A él le cogió en el comienzo de su adolescencia y siendo el mayor de los hermanos. Durante un tiempo estuvo muy despistado y comenzó a descuidar sus estudios. Muchos miembros de la comunidad que le apreciaban le corregían. Poco a poco comenzó a cambiar y hoy es profesor en un instituto y se le ve contento de haber encontrado una orientación para su vida, hoy agradece a los que entonces le llamaban a tomarse en serio sus estudios y a trabajar por su futuro.

Ayer, Ildelfonso, un joven que pasó el BAC que es lo que le posibilita el paso a la Universidad, vino a verme por la tarde. Ahora no sabía qué hacer, por un lado se siente llamado a ser sacerdote, pero no está aún seguro. De momento, va a seguir sus estudios, comenzando alguna carrera universitaria. El seguirá buscando a lo que Dios le llama y cuando lo vea claro, dejará cuando sea necesario lo que esté haciendo.

A última hora, me fui a casa de Jaques, a celebrar el paso de los exámenes del BPC (el paso a la secundaria) de su hija Cristina y del BAC de su hermano Daniel. A ellos se unió una vecina más joven que también pasó el CEP (el paso al College). En la fiesta estaba otro amigo que sin embargo había suspendido. La alegría de unos se une a la tristeza y al desconcierto de otros. En la residencia de estudiantes de nuestra misión hay también de todo, los que pasan y los que no lo logran. En algunos es el resultado justo de su trabajo, en otros juega la suerte y la arbitrariedad de algunas correcciones.

Cómo en todos los sitios cuando les faltan buenas referencias, los jóvenes se ven víctimas de una sociedad de consumo que sólo les presenta la diversión como horizonte de su vida. Aunque parezca mentira, en estos países en los que se vive la exclusión del bienestar, sin embargo a través de los medios de comunicación, de los grupos de música y de otros medios se ejerce un gran poder de seducción sobre los jóvenes. En todo caso, todos estos jóvenes, necesitan ser acompañados y animados a no despistarse en estos años decisivos de su vida. La familia y la comunidad cristiana tienen un papel y una responsabilidad insustituibles en esta labor.

                  

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