NO TENGAIS MIEDO
La
noticia del Ebola y el miedo que provoca corren más rápido que la enfermedad.
En España con la llegada del misionero enfermo parece que ha cundido también el
temor y los familiares nos preguntan preocupados. De momento, por lo que
sabemos, a Benín no ha llegado. Aunque a veces las autoridades esconden la
realidad en los primeros momentos para evitar que pueda dañar la economía.
El
miedo se propaga también rápidamente entre la gente de aquí que escuchan las
noticias a la radio que es el medio más popular. Hoy por la mañana fui al
Hospital a ver a un enfermo y me encontré con un gran cartel informando del
Ebola y dando consejos de higiene para evitar un posible contagio. Pero realmente
las fotografías de enfermos parecían escogidas para meter miedo más que para
prevenir.
De
todas formas aquí hay más preocupación por la falta de lluvia que por el Ebola.
De todas maneras en el mundo que vivimos sólo basta poner la televisión y
escuchar lo que está pasando en Irak y en otros conflictos para poder quedar
realmente horrorizado. Y a cada uno no le faltan los problemas en su familia y
en su entorno más cercano, con tantas crisis que nos atenazan.
Las
palabras que en este domingo Jesús dirige a sus discípulos que navegaban en
medio de una tormenta, las escuchamos como providencialmente dirigidas hoy a
nosotros: “No tengáis miedo, soy Yo, tened confianza”.
Un
cierto miedo es una reacción necesaria de la naturaleza para estar alerta ante
un peligro. Pero más allá de eso si nos dejamos coger por el miedo, este se
convierte en una verdadera enfermedad que nos bloquea. Todos tenemos miedos,
pero no podemos permitir que nos detengan ir adelante y que nos impidan
afrontar los problemas con serenidad y con confianza.
Para
nosotros como cristianos esa confianza viene de saber que el Señor está con
nosotros y que nada nos podrá separar de su amor, de su providencia amorosa que
nos conduce hasta llegar a la otra orilla de la travesía de nuestra vida.
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