Entre las labores de Caritas está
el detectar casos de discapacidad e intentar con los medios que se pueda
ayudarles entre todos. La ayuda comienza por la propia familia que no llega a
ver qué puede hacer por ellos y simplemente les aceptan como un miembro más de
la familia pero sin ofrecerle posibilidades de avanzar en su camino de
integración y de poder valerse por sí mismo en lo que sea posible.
Simón es un chico de Gamia que
tiene sus dificultades para andar y para hablar aunque se le entiende. Siempre
venía a la misa y cuand o llegaba el momento de los bautismos él avanzaba con
los catecúmenos pidiendo así ser bautizado. La primera reacción era siempre
echarle atrás. Hasta que un día nos dijimos que asistiendo con los otros al
catecumenado él iba a escuchar y retener lo que pudiera, que no se le iba a
exigir más que su fidelidad. Y así fue hasta que llegó el día de su bautismo y
ahora avanza con sus dos muletas hacia el altar lleno de alegría. Pronto la
comunidad con la ayuda de Caritas de Asturias decidió buscarle un medio de
locomoción para que no tuviera que andar siempre con mucha inestabilidad con
las muletas. El día que se lo llevamos estaba feliz, pero hubo que insistirle
de ir lentamente hasta que fuera aprendiendo a conducir el triciclo.
Margarita es de Saore, la
dificultad que tiene a causa de la polio en una pierna se suple con el coraje
que le echa a la vida. Ya tiene un niño y ahora está aprendiendo enfermería.
Hacía tiempo una ONG le había hecho un aparato que resultó de muy mala calidad y
que terminó por hacerle heridas en la pierna. Ella misma se movió lo que pudo
para buscar un ortopeda que pudiera hacerle algo como es debido y luego acudió
a nosotros para ayudarla. Ahora se la ve de nuevo contenta y va a retornar su
aprendizaje de cuidados sanitarios sin preocuparse más de las molestias del
aparato que ella misma me enseñó orgullosa.