martes, 1 de abril de 2014


MUSULMANES Y CRISTIANOS


Ayer tuvimos un encuentro entre cristianos y musulmanes para conocer mejor el Islam actual y para unirnos en la tarea de buscar la reconciliación, la justicia y la paz en Benín. Estaba preparado como una sesión de formación para los sacerdotes y religiosas/os de nuestra Diócesis de Ndali.

Había dos alcaldes musulmanes y un grupo de unos siete imanes. Un sacerdote nigeriano que trabajó en Egipto y que aprendió el árabe ofreció una visión general de las dos familias principales de los sunitas (85%) y de chiitas (15%). Luego este misionero de la Sociedad de Misiones Africanas entró de lleno en su investigación de los movimientos fundamentalistas  que se han introducido en todos estos países vecinos y que son conocidos por sus actos terroristas en Mali, Nigeria y Centroáfrica. Antiguamente parecía imposible pensar en ningún problema entre musulmanes y cristianos en esta parte de África. Parece que el 11 de Septiembre lo cambió todo y aquellos que fueron perseguidos en otros países como Afganistán vinieron hacia aquí y se fueron infiltrando en grupos musulmanes ya presentes.

En Nigeria el grupo de Boko-Haram era principalmente como una reacción contra la educación occidental cuya influencia se consideraba realmente maligna para la fe musulmana y para las tradiciones africanas. Fue la infiltración de radicales de fuera y el posterior asesinato de su líder lo que parece desencadenó su radicalización terrorista no sólo contra cristianos sino también contra corrientes musulmanes consideradas como poco ortodoxas.

En todo caso se vio que era importante estar atentos para que esas corrientes no entren en nuestro país a desestabilizar nuestras buenas relaciones y a seducir a tantos jóvenes sin futuro y sin muchas referencias morales, que encuentran así en ellos unos ideales por los que vivir y por los que morir.

Por parte de los cristianos hemos hablado de cultivar las actitudes de respeto a otras religiones como la tradicional y la musulmana, conociendo que la mayoría son personas que como nosotros quieren vivir en paz y que en ellos podemos reconocer unos hermanos, hijos todos del mismo Dios. Cómo alguien comentó, todos bebemos del mismo pozo, aunque saquemos el agua de diferente manera. Todavía tenemos reciente en la memoria el evangelio del encuentro de Jesús y la samaritana al borde del pozo, rompiendo fronteras y divisiones.

 

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